La formación tiene un gran valor para mejorar y potenciar perfiles profesionales en las empresas. Contar con un plan de formación permite a las organizaciones cualificar a sus trabajadores, mantenerlos actualizados y motivarlos a desarrollar nuevas competencias. El aprendizaje continuo es una herramienta clave para enfrentarse y superar con éxito los retos que propone un escenario empresarial en constante evolución. Además, el crecimiento de los trabajadores es también el crecimiento de la empresa.
¿Qué es un plan de formación?
El plan de formación de una empresa es un documento en el que se planifican por años las acciones formativas que recibirán sus trabajadores. Normalmente está desarrollado por el equipo de Recursos Humanos e incluye los siguientes apartados:
- Diagnóstico de la situación: que permita identificar las necesidades de formación de la plantilla y así alcanzar los objetivos empresariales.
- Objetivos y contenidos de las acciones formativas: tomando como referencia los objetivos generales de la organización.
- Metodología de la formación.
- Cronograma y destinatarios: que incluya el listado de cursos a impartir y fechas estimadas.
- Previsión de presupuesto.
- Evaluación de los resultados obtenidos.
Para identificar estas necesidades formativas, es fundamental el diagnóstico. Esto hace que muchas empresas que inicialmente se planteaban que no era necesario contar con un plan de formación, terminen agradeciendo los esfuerzos invertidos para conseguirlo. En muchos casos, esta planificación anual marca la diferencia entre “cómo se está desempeñando el trabajo y cómo debería desempeñarse” para conseguir un mayor rendimiento de la organización y la plantilla.
¿Cómo evaluar los resultados de los planes de formación?
El seguimiento tras las acciones formativas será de gran utilidad para valorar el impacto de la formación para los empleados y la organización. Esta evaluación ayudará también a perfeccionar el plan del siguiente año. Según la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), los indicadores de medición deben ser cuatro:
1. Retorno de la inversión
La formación recibida por la empresa debe verse reflejada en los beneficios económicos del año. El retorno de la inversión se calcula comparando la inversión en formación con el beneficio obtenido.
2. Satisfacción de los destinatarios
Los trabajadores deberán completar un cuestionario al finalizar la formación. Con esta información se podrá valorar el grado de satisfacción sobre los materiales recibidos, la organización de la acción formativa, los tutores o profesores, y la utilidad para el puesto de trabajo.
Los datos de las encuestas publicadas en 2022 por la FUNDAE sobre la evaluación de las iniciativas de formación programadas por las empresas reflejan que más del 49% de los encuestados declararon que recomendarían los cursos que realizaron en una probabilidad “muy alta”.
3. Transferabilidad del conocimiento
Este indicador será el encargo de poner en valor si la formación recibida puede ser puesta en práctica por el trabajador en la gestión de sus responsabilidades laborales.
4. Aprendizaje de los trabajadores
Por otro lado, esta parte de la evaluación concluye si los conocimientos obtenidos han sido asimilados por los trabajadores.
Beneficios de formar a los trabajadores
Son muchas las ventajas de ofrecer formación a los miembros de una organización. Estos beneficios pueden repercutir en diferentes áreas, desde la mejora de la productividad del equipo, hasta la mejora del clima laboral y la calidad de las relaciones laborales fomentadas por la empresa.
También se consigue la promoción del talento interno y potenciar habilidades no descubiertas entre los propios miembros de la organización. Además, contar con un plan de formación es un signo de que la empresa apuesta por la innovación y los beneficios sociales de los trabajadores.
Ejemplos de planes de formación
Según los objetivos de la empresa y las necesidades de la plantilla, pueden verse estos ejemplos de un plan de formación:
- Dirigido a nuevos empleados: forma parte del onboarding y busca que el trabajador se adecúe al sitio de trabajo, conozca los valores de la empresa, el valor que aporta y conozca a sus compañeros.
- Dirigido a mandos intermedios: acciones formativas para potenciar el liderazgo y otras soft skills como la inteligencia emocional y la resolución de conflictos.
- Dirigido a toda la organización: los cursos impartidos pueden ser diversos, pueden estar relacionados con un cambio organizacional o en la metodología de trabajo, el lanzamiento de un nuevo producto o servicio, el uso de una nueva tecnología, sensibilización de los trabajadores por la implantación de un plan de igualdad obligatorio en la empresa…
Aún si las acciones formativas planificadas requieren de un esfuerzo económico para el diseño de un curso a medida, la formación no debe verse nunca como un gasto, sino como una inversión. Las empresas también cuentan con la posibilidad de programar acciones de manera gratuita a través de la formación continua bonificada. Ambas modalidades pueden suponer un retorno positivo de la inversión, teniendo como consecuencia el aumento de la calidad del servicio prestado por los trabajadores, su productividad, y en consecuencia la rentabilidad de la empresa.
Audiolís es un centro acreditado por el Servicio de Empleo Público para impartir y diseñar acciones formativas para empresas, que cuenta con el respaldo de más de 35 años de experiencia y la satisfacción de un gran número de clientes. Gestionamos los créditos de formación bonificada de las organizaciones y también planes de formación a medida. Puedes solicitar más información enviando un mensaje a info@audiolis.com o llamando al 952 101 494.

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